Lari Pittman: del cuestionamiento a la reflexión.
Autor: Redacción Diseño Latinoamericano
Imágenes: Diseño Latinoamericano
Marzo, 2023
Lo que presenciamos en esta muestra, es un recorrido autobiográfico de los acontecimientos más importantes para él y para la historia de Estados Unidos, en algunos casos.
El título de la exposición fue una referencia, un coqueteo a Juan Gabriel, artista que él reconocía y admiraba. La frase “Lo que se ve, no se pregunta” que en algún momento Juan Gabriel respondió en una entrevista cuando se le custionó sobre su homosexualidad, es un guiño que Pittman hace a la inversa; él enfatiza en la necesidad de cuestionar lo que vemos.
Frente a la obra de este artista norteamiercano nuestra función, como espectadores, es cuestionarnos todo.
Su formación académica viene de la tradición del expresionismo abstracto norteamericano, misma que él niega y le da la vuelta cuando afirma: yo no improviso, a mí no me gusta lo espontáneo, creo en la técnica y en la práctica de la misma. Como bien dijo Walter Benjamin, critico de arte del primer cuarto del siglo XX: “Forma y contenido son lo mismo en la obra de arte: son sustancia”, así es como las detalladas y complejas composiciones de Pittman invitan a reflexionar sobre el amor y la pérdida, la ausencia, el consumismo, la vida y la muerte, el sexo, la violencia generada por el uso de armas sin regulación, movimientos civiles y culturales, la decoración y el lenguaje.
A lo largo de su carrera, Pittman ha desarrollado una estética visual única que lo ha posicionado como uno de los pintores más importantes de su generación, estamos hablando de los años 80. Lo que se ve, se pregunta ostenta cuatro décadas de trabajo, más de 50 obras, entre pinturas, dibujos, esculturas y libros de artista. Se disfruta de la colorida práctica de múltiples capas que desafían el espacio pictórico formal. A menudo las composiciones tienden a mediar la tensión entre el color, el texto y las imágenes; el paisaje y la decoración; así como el caos y el orden.
Son 40 años inundados de signos, símbolos y patrones. Además de dedicarse a la pintura, se declaró queer, cuando incluso, la palabra aún no se utilizaba. Todo esto le dio la oportunidad de retratar un mundo irrebatible aunque silenciado. Pittman hace muy evidente el caos de la vida contemporánea en estas grandes narraciones visuales. Su obra, de una manera un tanto irónica y lúdica, examina el género, la complejidad humana, las clases (o el elitismo) y las razas (y sus diferencias), además de prestar atención y responder a los acontecimientos políticos que definieron el final del siglo XX: el descontrol del VIH y cómo se convirtió en una pandemia, el caos de las ciudades norteamericanas enajentantes y su intento por construir una identidad que cae en la superficialidad y el consumismo.
Y Pittman busca ser escuchado acerca de episodios difíciles de su vida que urge compartir con nosotros: “les tengo que decir una cosa de mi autobiografía, de mi narrativa personal: yo fui víctima de dos balazos en mi abdomen en este tiempo. Entonces también ese momento violento personal, fui violado por una persona que estaba entrando a mi casa. Entonces soy una estadística, como dicen, de la violencia americana acerca de las armas”. Como decía Picasso: hay que evitar que un hombre se quede indiferente antes la obra de arte.
Pittman es un artista generoso que nos muestra obras llenas de color y movimiento, obras que incluso son agradables en apariencia. Pero cuando profundizamos y dudamos sobre lo que vemos, el significado cambia y queda en evidencia un mundo repleto de estadísticas que hablan sobre el caos y la violencia constantemente presentes. Como bien apunta Connie Butler, curadora en jefe del Hammer Museum: “su voz crítica está comprometida con el medio de la pintura al tiempo que desafía sus historias y tradiciones a través del lenguaje de la artesanía y las artes decorativas…”. La obra de Lari Pittman desafía la historia superflua y progresista. Desde esta perspectiva, es nuestro deber como espectadores disfrutar, observar, caminar de un lado al otro, alejarnos y acercarnos para entender lo que vemos y después preguntarnos si hay coincidencias de pensamientos o de experiencias de vida.
Lo que se ve, se pregunta fue organizada por el Museo Jumex, Ciudad de México, en colaboración con el Hammer Museum, Los Ángeles. Curadora invitada: Connie Butler, curadora en jefe, Hammer Museum, con el apoyo de Adriana Kuri Alamillo, asistente curatorial, Museo Jumex. Pittman actualmente es profesor emérito en UCLA y ha recibido numerosos premios y honores incluyendo los del National Endowment for the Arts, California Arts Council, y el J. Paul Getty Trust Fund para las artes visuales. difusion@fundacionjumex.org